Con todo el dolor, la mujer pone fin a su noviazgo con Gómez Luna y este responsabiliza a su madre. “¡Nunca voy a perdonarte haber perdido a la mujer de mi vida! ¡Ahora entiendo por qué mi papá te tenía siempre vigilada!”, grita con furia.
Llega el día del juicio contra Erick y el señor Tapia declara lo que había acordado con Montenegro por lo que el joven queda en libertad. El agente Rebolledo, fuera de sí, afirma que por mucho que utilice sus influencias, su hijo no dejará de ser un asesino.
Miguel vuelve a reiterar su amor a Consuelo y le promete que no permitirá que su padre los separe. A unos metros de allí, Arturo informa que va a viajar a Nueva York para agilizar los trámites de su divorcio.
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